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¿Qué significan los cuatro palos de las cartas?

El tarot nos invita a comprender que nuestra “historia personal” forma parte de un proceso de aprendizaje colectivo que propone desarmar arraigadas creencias de percibirnos individuos especiales y autónomos que toman decisiones de manera independiente y personal

Los arcanos mayores -como El Mago, La Papisa, La Emperatriz, etc.- son veintidós cartas fundamentales en el tarot , pero no aparecen en el mazo de naipes españoles. 

La desaparición de estas cartas con alto poder esotérico y simbólico del uso popular nos lleva a preguntarnos el motivo del retiro de la circulación masiva de estas imágenes que son claves para el autoconocimiento.

En el tarot también hay cincuenta y seis arcanos menores, a los que tenemos acceso para “jugar y entretenernos” en las cartas españolas, y que están divididos en cuatro palos: bastos, copas, oros y espadas. 

Veamos como se asocia cada palo:

Los bastos

Este palo del tarot simbolizan nuestro compromiso con actividades y relaciones vitales donde ayudarnos en nuestra búsqueda del fuego sagrado, espiritual y esencial. Sugieren cuánto espacio le damos a la vocación y a buscar profundo sentido existencial.

Las copas

Este palo del tarot simboliza nuestra forma de vivir el amor. La copa reproduce la forma de la matriz materna y se asocia al agua en astrología, al elemento en el que comenzamos nuestra vida intrauterina. 

Suponemos que aquel a quien amamos debe resolver nuestra infelicidad y desde allí solemos armar vínculos amorosos de total dependencia.El recorrido de la copas muestra los surcos generados durante siglos de individuos buscando un amor que les resuelva su sentimiento de incompletud Las copas nos desafían a superar la infantil pretensión de ser salvados por otro para intentar vivir una cualidad del amor liberada de reclamos, proponen una compasiva evolución dónde animarnos a vivir al amor como una vibración disponible para vitalizarnos y recrearnos mutuamente.

Los oros

Este palo del tarot describe cómo nos vinculamos con la materia y el dinero, y se asocia al elemento tierra en astrología. Los oros ponen en evidencia nuestra contradictoria relación con la generación y la abundancia materia: el dinero tiende a esclavizarnos, ya sea por excesiva presión para generarlo o por cuidarlo de manera desmedida, 

"Los oros nos proponen aprender a conectar con el dinero y con los dones que todos poseemos para poder materializar y superar la tendencia a obsesionarse por tener mucho o el miedo a no tener. Sugieren al dinero como una herramienta para generar proyectos en la vida. Aprender a fluir con los oros es aprender a moverse bien en lo económico desarrollando una mirada objetiva que nos de una percepción realista y pragmática para resolver cada situación y para desarrollar criterio de oportunidad, esto es ser “oportuno”: saber cuándo es tiempo para “llegar a puerto”.

El recorrido de los oros nos evidencia como herramientas conscientes de acción sobre la Tierra y advierten sobre la gran necesidad de aprender a manipular la materia para no destruir nuestro planeta.

Las espadas

 Se asocian al elemento aire en astrología. Las espadas suelen ser cartas que simbolizan los mayores sufrimientos, pues nos advierten sobre la excesiva necesidad que tenemos de comprender el mundo 

 Las espadas sugieren que la mente racional puede resultar insuficiente para abarcar lo misterioso de nuestra existencia.Las percepciones sensibles e intuitivas tienden a reprimirse y a reducir la comprensión de la vida a lo racional, nos alejamos de sensaciones e intuiciones inexplicables descalificándolas como “delirios, locuras o pensamiento mágico”. Las espadas denuncian la excesiva valoración de la ciencia como la única forma válida de entender la existencia, pero que en verdad aún no logra explicar nuestro origen cósmico, ni el inicio de la vida o el después de la muerte. Las espadas sugieren que la mente racional puede resultar insuficiente para abarcar lo misterioso de nuestra existencia.El mundo de las espadas destaca la capacidad discursiva, el talento para la inserción social y el conocimiento de normas y leyes. Representan nuestra oratoria y nuestra forma de relacionarnos, pero también advierten sobre nuestra tendencia a imponer la propia mirada y a querer tener razón. Describen modelos de comunicación y vincularidad, y evidencian nuestra forma contradictoria de relacionarnos, pues solemos querer imponer la propia mirada y dificultar la verdadera escucha. Simbolizan también nuestra forma de organizar nuestros vínculos a través de papeles, contratos, escrituras y acuerdos, y por eso se asocian a trámites legales, publicaciones, estudios, actividades promocionales y a la capacidad de oratoria y de escritura. Representan las leyes y los códigos culturales y sociales. Se asocian a las ciencias duras, a las investigaciones y descubrimientos científicos y matemáticos.

Simbolizan nuestra capacidad para discriminarnos, delinear pautas y límites en las relaciones, ordenan y organizan la realidad diferenciando al individuo de su entorno. Constituyen el lenguaje y la capacidad de comunicarse con los otros, las palabras, el puente de vincularidad y entendimiento. Indican que al minimizar la sensibilidad y la intuición sufrimos mucho más. Al intentar tener razón e imponer nuestras ideas por encima de la de otros solemos generamos los mayores sufrimientos y conflictos: “El problema no es lo que sucede, sino lo que pensamos sobre lo que nos sucede”.